La traducción de lenguas originarias como el quechua es una tarea ardua que no solo implica un esfuerzo de documentación sino de entender la cosmovisión presente en el proceso de traducción
El Perú no solo posee una gran biodiversidad que nos hace únicos en el mundo, a ello se agrega la gran riqueza lingüística y cultural, que se refleja en las 47 lenguas originarias que son habladas en nuestras regiones por millones de peruanos.
El Perú es un país multicultural y multilingüe que tiene 47 lenguas originarias
Las lenguas originarias que tienen alfabetos oficiales son: el quechua, matsigenka, harakbut, ese eja, shipibo, ashaninka, aimara, yine, kakataibo, kandozi-chapra, awajún, jaqaru, shawi, yanesha, nomatsigenga, cashinahua, wampis, sharanahua, secoya, achuar, murui-muinani, kakinte, matsés, ikitu, shiwilu, madija, kukama kukamiria, maijiki, bora, yagua, kapanawa, urarina, amahuaca, yaminahua, ocaina, nanti, arabela y ticuna.
A estas lenguas muy pronto se sumarán otras cuyos alfabetos se encuentran en proceso de normalización por parte del Ministerio de Educación, como el nahua y nanti y otras lenguas que están en proceso de diagnóstico: isconahua, muniche, iñapari, taushiro, chamicuro, resígaro y omagua.
LENGUAS E IDENTIDAD CULTURAL
Cada una de estas lenguas forman parte de la identidad de las personas y grupos que las hablan. Por ello, el hecho de reconocer esta diversidad y el carácter oficial de estas lenguas también permite preservar lo que está implícito en ellas, el pasado de los grupos hablantes, sus historias, tradiciones, sus canciones, en resumen, la riqueza cultural del Perú.
Las lenguas forman parte de la identidad cultural de los pueblos
En tal sentido, durante más de una década el Ministerio de Cultura ha dedicado una parte importante de su trabajo sobre la base de diversas políticas, a rescatar y formalizar las lenguas originarias, en un proceso conjunto con el Ministerio de Educación. Esto luego se aplica al incentivar que las personas de los distintos pueblos originarios del Perú puedan ser atendidos en su propia lengua por las entidades estatales y que, además, adquieran conocimientos de su cultura.
Esto es en sí, un enfoque intercultural que permite que el Estado peruano mejore su comunicación con la ciudadanía, con los hablantes de estas lenguas al capacitar a los servidores públicos para que atiendan a esta población de manera eficiente.
TRADUCCIÓN DE LENGUAS ORIGINARIAS: EL GRAN RETO
Esta compleja realidad multicultural y multilingüe presenta un gran desafío para quienes se dedican a la traducción de una lengua originaria al castellano o viceversa sin distorsionar los mensajes, y respetando las normas de escritura oficial de ambas lenguas.
Así, la labor del traductor implica diversas acciones, como: recopilar la información necesaria sobre el tema a traducir, según contexto y fuentes disponibles. También debe respetar las reglas gramaticales de la lengua, así como las normas de escritura de su alfabeto oficial y el registro lingüístico adecuado al tipo de texto.
Asimismo, el traductor, en su labor cotidiana debe investigar previamente a partir de la información del cliente, obtener documentación bibliográfica, digital y/o audiovisual de ser el caso. De igual forma, debe tener en cuenta los términos recurrentes, y sus equivalencias establecidas en un glosario bilingüe, de acuerdo con el tipo de documento y el contexto.
Las características principales de un traductor son: dominio del lenguaje, la gramática y las variantes de las lenguas a ser interpretadas. Debe tener responsabilidad y mucha seguridad en la aplicación de los materiales que utilice (bibliográfico, hemerográfico entre otros). También, debe ser ordenado en el desarrollo de su trabajo; y tener interés y responsabilidad en la solución de cualquier problema que se le presente en el proceso de traducción.
Finalmente, un traductor de lenguas originarias debe ver cada proceso de traducción como una oportunidad para descubrir nuevos aspectos dentro de la lengua que domina, que contribuya, igualmente a promover, difundir, y darle vigencia al idioma heredado de sus padres y antepasados.
Dina Vera Lázaro©
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