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La ceremonia del Onqoy Mit'a reemplazó al Inti Raymi en el 2020 para vencer al Coronavirus.

El Encuentro del Inka con el dios Sol, fue para invocar su intercesión en la sanación de la madre tierra y erradicar el Coronavirus de la faz del planeta, y así la pachamama siga dotándonos de alimento, salud y bienestar.



Esta ceremonia también era practicada por nuestros antepasados cuando se rompía la armonía con la madre tierra (pachamama) y se imponían los males y enfermedades, eran entonces tiempos de enfermedad u “onqoy mit’a”.


Según nuestros cronistas, hubo tiempos difíciles para el gobierno Inka, “…al tiempo que llegaban los que venían del templo del Sol, todos alzaban grandes voces, diciendo: que se vaya el mal, fuera, y salían todos organizados en cuatro escuadrones, cada uno para el lugar que estaba dedicado…” (Cristóbal de Molina).


"... los hombres armados como si fueran a la guerra a pelear, tiran con hondas de fuego, diciendo: salid enfermedades y pestilencias de entre la gente y de este pueblo, déjanos, con una voz alta; y en esto se rocían todas las casas y calles lo riegan con agua y las limpian…” (Felipe Guamán Poma de Ayala).



Cuando se refieren al sankhu preparado con sangre para la limpieza de los males: “cocían cada manera de pan aparte, porque era para diversos efectos; juntabanse a hacer estas ceremonias por sus parentelas; iban a la casa del hermano mayor los demás hermanos; y los que no, los tenían, a casa del pariente más cercano mayor de edad”…”antes del amanecer, todos los que habían ayunado se lavaban los cuerpos y tomaban un poco de la masa mezclada con sangre y la pasaban por la cabeza y rostro, pecho y espalda, brazos y piernas, como que se limpiaban con ella para echar de sus cuerpos todas sus enfermedades.” (Inca Garcilaso de la Vega).


Somos testigos de la tragedia de nuestra Pachamama, a consecuencia de nuestros propios actos, la ceremonia de invocación del Inca al dios Sol, es una reconciliación con nuestros “apus” tutelares, para que podamos nuevamente reconstruir el equilibrio con la madre naturaleza y tengamos la resiliencia para afrontar la enfermedad.


De esta forma, tomando las enseñanzas de nuestros antepasados y recuperando sus prácticas ancestrales, renovamos nuestra identidad cultural, nuestras tradiciones y costumbres, con la finalidad de que estas no pierdan su vigencia, mensaje ni esencia.



EMUFEC

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